Hasta hace algunos años, el circuito cerrado de televisión fungió como el gran aliado en los servicios de vigilancia en parques, instituciones, residencias y edificios empresariales. Pero, como ha ocurrido en tantas facetas de la tecnología, hoy su eficacia parece torpe y primitiva.
La importancia del sistema de video vigilancia analógico ha venido cediendo espacio al sistema de vigilancia IP (Internet Protocol) que permite ver y escuchar lo que está ocurriendo en el área vigilada, en tiempo real, desde cualquier parte del mundo y con una mejor resolución.
La diferencia entre ambos sistemas es descomunal, si se parte de la inmediatez con que las nuevas tecnologías transmiten la información, la nitidez de las imágenes y, en general, la “inteligencia” con que actúan los novedosos instrumentos conectados a internet.
En tanto que el circuito cerrado de televisión demanda la utilización de un servidor de video o un DVR o un reproductor de video que procese las imágenes enviadas por las cámaras, el IP puede funcionar inclusive “stand alone” (aunque no es lo recomendado), con las cámaras conectadas a la red, almacenando localmente en tarjetas de memoria, esto gracias a que el procesamiento del video lo realiza cada cámara.
Observemos algunas de las características más notables del video vigilancia IP:
- Alta resolución: Las cámaras diseñadas para que funcionen mediante el sistema IP no tienen las limitaciones de las cámaras de video analógicas. Con una cámara IP de 5 megapíxeles, se obtienen imágenes con diez veces más detalle que con una de las cámaras analógicas más avanzadas. Significa, en otros términos, que una cámara IP puede cubrir un área más amplia (inclusive panorámica) o una imagen más detallada.
- Infraestructura: En lugar de necesitar una infraestructura adicional, como lo exige el sistema de circuito cerrado, las cámaras IP se conectan a la red de datos ya existente. Un solo cable sirve para la alimentación, el video y los datos.
- Es un sistema inteligente: Las cámaras IP pueden realizar un gran número de tareas. Detectan movimiento, reconoce placas y rostros, hace conteo de personas, envía señales, enciente alarmas en caso de manipulación o se ha alterado el funcionamiento de la cámara y proporciona una información adicional importante que permite aumentar la eficacia de la vigilancia.
- Integración total: En el sistema de vigilancia IP, las cámaras no sólo necesitan menos cables; integran en un cable único la alimentación, las señales de vídeo y audio, la entrada y salida y el control PTZ (paneos, inclinaciones, ampliaciones, variación de ángulos y realizar barridos de hasta 360º). Inclusive, con la función de audio bidireccional integrada, un operador puede comunicarse verbalmente con una persona situada delante de la cámara.
- Seguridad integrada: Las cámaras IP permiten controlar quién puede ver el sistema o qué parte de él, mediante el cifrado de la señal de vídeo y control de acceso de usuarios multinivel. Por falta de esos cifrados y sistemas de autenticación, un video de una cámara analógica puede ser fácilmente manipulado y hasta reemplazado, pues las cámaras análogas no hacen ningún tipo de procesamiento.